sábado

¿PUEDE ALAN GARCIA GOBERNARNOS SOBRE 150 CADÁVERES?


Por Rodrigo Núñez

Los asháninkas tomaron hoy domingo el aeródromo de Trompeteros, Yurimaguas y Tarapoto están a punto de explotar. Ya son 150 los muertos, 20 de ellos policías mandados al matadero y más de 250 los heridos. Los cadáveres flotan sobre el Marañón y el Utcubamba, hay detenidos ilegales en cuarteles, están sacando heridos de hospitales para apresarlos, la consigna es desaparecer los cadáveres para ocultar la magnitud del genocidio.Ayer en el campamento de de Imaza de Petro-Perú, han disparado a mansalva contra 300 nativos que retenían a 38 policías. La brutalidad e inoperancia de la Cabanillas ha sido tal que sus tropas han acribillado a sus propios efectivos. El premier Yehude ha hecho leña de la herencia del padre Lansiers, quien lo hizo virar del terrorismo al pensamiento humanista. ¿Tendrá cara para mirarse en el espejo? ¿Podrá comulgar este domingo don Dionisio Romero? No, señores del gobierno, esta masacre solo tiene un nombre: genocidio, asesinato étnico, y Alan García y su recua de brutos terminales terminará acompañando a Fujimori en la Diroes. Ése su sitio.La situación política es tan dramática que el control de daños solo puede hacerse a través de un cerco informativo. La mentira como escudo, tarde o temprano cae con estrépito: Aunque intenten demostrar otra cosa, los días de este gobierno están contados. La crispación a la que nos ha llevado el presidente, ha herido de muerte la gobernabilidad. Recuerden eso por favor en El Comercio. Los medios que se está volviendo cómplice de la matanza al minimizar la masacre, -RPP, CPN y las televisoras oficiosas-, perderán también todo su crédito moral...El 5 y 6 de junio quedarán grabados en la conciencia nacional como los días de la barbarie. Y habrá que luchar una vez más para que la impunidad no se entronice. Moralmente nuestra democracia ya no existe, perdió para siempre su legimidad. Un estado no puede matar a centenares de indios para favorecer a la inversión, sin desnaturizarse. ¿Tiene algún sentido esta ficción de República, este abismo de sangre y muerte que opone a la clase dominante y sus representaciones partidarias, con las inmensas mayorías nacionales? ¿De qué vale todo el sistema político, si periódicamente el genocidio de la conquista se reaviva?Haya de la Torre debe estar revolcándose en su tumba, tanto como Arévalo y los héroes de Chanchán. El Amauta Mariátegui debe estar mandándole un rayo fulminante a su nieto bastardo. Basadre seguramente atisba la magnitud del abismo de muerte que nos fractura.Alan y el Apra se han puesto al nivel de Goebbels, de los genocidas de Buchenwald y Auchwitz, de la casta asesina que gobierna Israel y que mata palestinos, de los más asquerosos asesinos en serie de la humanidad. Que yo recuerde esta es una de las masacre más grandes de América en toda su historia. Similar a la de los pieles rojas, la de Santa María de Iquique, o la de Puno (Rumimaqui), a la de Chanchán a principios del siglo veinte. Cabe señalar que en aquella época no había declaración universal de los derechos humanos, ni Corte de San José, ni tribunal de los pueblos ni Corte Penal Internacional. Eso agrava la situación jurídica de García y lo inhabilita de hecho para seguir gobernándonos. Si la derecha no se da cuenta de eso, corre el riesgo de echar gasolina al polvorín. Están avisados.Los ciudadanos de buena voluntad solo nos queda tornar nuestra indignación en protesta cívica y moral. Convirtamos la red en una cadena de solidaridad y apoyo a los indígenas amazónicos. Corramos la voz, convenzamos a los demócratas de derecha y a los apristas leales a Haya, de la necesidad de la vacancia. El jueves 11 toda la selva y las organizaciones sociales del país pararán para denunciar la matanza. El gobierno se retuerce de cinismo y se escuda en un supuesto complot contra la democracia, cuando son ellos los que hecho esta democracia una caricatura, un patíbulo portátil.La matanza de Bagua y de Imaza, constituyen a no dudarlo un crimen horrendo, de lesa humanidad, muchísimo peor que el del Frontón, pues entonces podía argüirse que se estaba combatiendo a terroristas. Lo del viernes ha sido un ataque aleve contra poblaciones indígenas postergadas que defendían sus tierras con lanzas y flechas. Nunca una población originaria fue tan cruelmente tratada por un estado presuntamente democrático. ¿Puede gobernarnos un hombre que tiene sobre su conciencia la muerte de 150 nativos awajún wampi? Se trata de una de las mayores manchas morales sobre personaje alguno de nuestra historia. Ni siquiera Andres Avelino Cáceres mató tantos indios en Huanta en 1896, durante las rebeliones indígenas contra la reimplantación del tributo indígena.Alan nos ha retrocedido a la barbarie del siglo XIX, y es el culpable una vez más de este complot contra la historia y contra la democracia. Fuera!!!!!.

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